Tras su reelección, un revés parlamentario para el presidente del Gobierno español

Pedro Sánchez regresó al poder en noviembre para un mandato de cuatro años después de lograr finalmente formar una coalición funcional luego de unas elecciones generales no concluyentes en julio que resultaron en un parlamento sin consenso (Oscar del Pozo).

El primer ministro español, Pedro Sánchez, sufrió un revés el miércoles en la primera votación parlamentaria importante de la nueva legislatura, poniendo de relieve la extrema fragilidad de las alianzas parlamentarias que lo devolvieron al poder en noviembre.

En una reñida votación sobre tres decretos gubernamentales, los legisladores aprobaron dos de ellos por una estrecha mayoría (172 frente a 171).

Durante la primera sesión plenaria del año, se les pidió que votaran sobre tres decretos adoptados por el gobierno de izquierda de España a finales de diciembre, que deben recibir la aprobación parlamentaria dentro de un mes.

La primera decisión se refiere al desempeño del sistema judicial y de la administración pública en España, medidas solicitadas por Bruselas para liberar 10.000 millones de euros (11.000 millones de dólares) de financiación europea.

El segundo decreto sobre las prestaciones por desempleo fue rechazado después de que cinco legisladores del partido radical de izquierda Podemos votaran en contra.

Inicialmente, los legisladores se enfrentaron a un punto muerto en torno al tercer y más importante decreto, que ampliaba las medidas para ayudar a las familias a hacer frente a la creciente inflación mediante la reducción de los costos de los alimentos y el transporte público.

Pero en una nueva votación varias horas después, la medida fue aprobada por 172 votos contra 171 votos en contra.

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El primer ministro socialista se enfrentó a una batalla cuesta arriba después de que siete legisladores separatistas catalanes de línea dura del partido JxCat y otros cinco de Podemos se comprometieron a oponerse a las medidas.

«No puede haber ninguna razón, ningún punto de vista político, ninguna ideología que pueda justificar no apoyar a nuestros ciudadanos, nuestras familias y nuestras fábricas», dijo el ministro socialista Félix Bolaños al comenzar el debate.

– Un aliado voluble –

Sánchez regresó al poder en noviembre para un mandato de cuatro años después de finalmente lograr formar una coalición funcional luego de elecciones generales no concluyentes en julio que resultaron en un parlamento sin consenso.

Después de meses de negociaciones, JxCat acordó el año pasado apoyar a Sánchez a cambio de una controvertida ley de amnistía para aquellos buscados por el sistema judicial en relación con el fallido intento de independencia de Cataluña de 2017.

En los últimos días, la coalición minoritaria, que incluye a los socialistas y al izquierdista Soumare, ha entablado negociaciones para evitar la derrota, en particular con JxCat, cuyo líder Carles Puigdemont vive exiliado en Bélgica.

Ante la posibilidad de un revés humillante, el gobierno se acercó al líder de la oposición de derecha, Alberto Núñez Viejo, líder del Partido Popular, pero recibió una dura negativa.

«El Gobierno, independientemente del resultado final de la votación, se engañó a sí mismo al comprometer los derechos de todos los españoles», afirmó Figo tras la votación inicial, acusando a Sánchez de dar prioridad a los separatistas.

Y añadió: «España no merece este tipo de desgobierno vergonzoso. No merecemos una política como ésta, esta vergüenza y esta humillación».

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JxCat demostró este miércoles lo difícil e impredecible que puede ser un aliado.

«Hay que aceptar que no se tiene mayoría», dijo a Sánchez Miriam Nogueras, de JxCat, durante el debate.

A cambio de los votos de sus siete representantes, JxCat exigió la anulación de parte del decreto judicial que, según dijo, podría poner en peligro la ley de amnistía que se encuentra actualmente en trámite en el Parlament.

También pidió al gobierno que castigue a las empresas que trasladaron su sede fuera de Cataluña durante la crisis de independencia.

Al final, los siete diputados de JxCat no participaron en la votación, lo que permitió aprobar dos de los tres textos.

Amalgama/hmu/yad

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